Occidente: ¿Qué Pasó con Tu Sentido Común?

Amigos, amigas y todes, preparen sus palomitas, porque aquí viene un drama en tres actos: el besito de Rubiales versus el empalamiento de Cherburgo. Sí, así de absurdamente trastornada está nuestra percepción de la realidad en este nuevo mundo al revés en el que vivimos.

Acto I: En el Rincón Oscuro de Cherburgo
En una esquina olvidada de Cherburgo, un jovencito llamado Oumar (que seguramente nunca probó el jamón) decide que su pasatiempo ideal es asaltar, violar, torturar y empalar a una mujer blanca de 29 años. ¿El resultado? La pobre mujer con un agujero nuevo donde antes tenía una vagina, un colon perforado, un intestino delgado con sorpresa, y otros daños que hacen que nuestros médicos se cuestionen su elección de carrera.

Oh, pero ¿quién se preocupa por eso? Parece que este horroroso suceso no es digno de titulares ni protestas en las calles. Después de todo, ¿qué importa la vida de una mujer cuando hay un beso robado en el fútbol?

Acto II: El Revuelo por un Beso en el Fútbol
Dos semanas antes del infame empalamiento, un policía blanco disparó a un joven de 18 años (también sin amor por el jamón) en Francia. Y, ¿adivinen qué? Medio país, alentado por la versión francesa de nuestros queridos Podemos, desató el caos en las calles: alcaldes y funcionarios públicos atacados, edificios incendiados, carreteras bloqueadas. ¡Vaya fiesta! Incluso Melenchón, ese genio del pensamiento político, dijo: “Nos pasa poco para lo que merecemos”. Una joya.

Acto III: El Besito de Rubiales, Escándalo Global
Y ahora, el evento más importante de todos los tiempos: ¡el besito de Rubiales! Un beso en el mundo del fútbol, tipificado como agresión sexual. Media España se volcó, y hasta la ONU, sí, la ONU, se sumó al debate. La FIFA, la FAFE, la FEFA y FOFITO, todos hicieron acto de presencia. ¿Quién necesita prioridades cuando podemos condenar un beso robado?

¿Qué nos ha llevado a este punto? Dos razones:

  1. Los europeos hemos perdido la brújula mental. Ya no distinguimos lo grave de lo ridículo. La emergencia de la estupidez nos ha cegado. ¿Por qué tratamos con más respeto a un asesino descuartizador que a un besucón en un campo de fútbol? ¿Por qué la ONU opina sobre esto y no sobre un empalamiento?
  2. Occidente está en su lecho de muerte, y un ejército de lunáticos liderado por la izquierda europea antigua está empujando la silla de ruedas. Antes luchaban por los derechos laborales, ahora por vibradores vaginales y burkas progresistas. ¡Ah, y no olvidemos el lenguaje inclusivo: “todos, todas y todes”.

Y, por último, ¿crees que el empalamiento en Cherburgo habría sido igualmente silenciado si un hombre blanco hubiera sido el autor y una mujer llamada Jalifa la víctima? ¡Claro que no! Las calles seguirían ardiendo, y nuestros amigos de la izquierda radical estarían disfrutando del espectáculo mientras intentan derrocar todo lo que conocemos.

Porque, al final del día, eso es lo que están haciendo. Este es el juego que están jugando. Y con estas cartas distorsionadas, construirán el nuevo mundo. ¿A quién le importa la cordura cuando tenemos un beso que condenar?

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