Un miembro de La manada de Pamplona logra reducir su pena gracias a la “ley de solo sí es sí”

El laberinto legal de La Manada: un miembro logra reducir su pena gracias a la “ley de solo sí es sí”

El culebrón judicial de La Manada continúa, y parece que esta vez uno de sus miembros ha encontrado un atajo en el enmarañado bosque de leyes y regulaciones. Ángel Boza, condenado por su participación en la infame violación grupal durante los Sanfermines de 2016, ha logrado una reducción de un año en su condena gracias a la “ley de solo sí es sí”, impulsada por la ministra de Igualdad, Irene Montero. Ah, la ironía de que una ley destinada a proteger los derechos de las víctimas termine beneficiando a un condenado.

El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha sido el escenario de esta nueva y desconcertante vuelta de tuerca en el caso de La Manada. Ángel Boza, que ya había sido condenado a 15 años de prisión por el Tribunal Supremo, vio cómo su pena se reducía en un año, quedando en 14 años. ¿El motivo? La aplicación de la Ley Orgánica 10/2022, de Garantía Integral de la Libertad Sexual, también conocida como la “ley de solo sí es sí”. ¿Qué ironía, no?

El argumento del TSJN para esta rebaja es un tanto laberíntico, pero aquí vamos. Resulta que el Tribunal Supremo, en su sentencia original, había impuesto una condena de 15 años, que según ellos era “próxima” o “cercana” al mínimo legal. Ahora, la mencionada ley ha rebajado esos mínimos de manera “sensiblemente”, al menos según la interpretación del TSJN. En otras palabras, la pena máxima sigue siendo la misma, pero la mínima se ha reducido en 1 año y 3 meses, pasando de 14 años, 3 meses y 1 día a 13 años. ¡Ah, la magia de la legislación!

La justificación para esta reducción es una joya legal. Según la Sala, los 15 años impuestos por el Tribunal Supremo ahora se encuentran “2 años por encima del mínimo posible”. En otras palabras, la pena original estaba dentro de lo legal, pero ya no se ajustaba a lo que el Tribunal Supremo había descrito como “muy próxima al mínimo legal”. Vaya lío de palabras y regulaciones que tenemos aquí.

Este episodio, además de dejar a más de uno con la cabeza dando vueltas, plantea preguntas fundamentales sobre el sistema legal y las reformas legislativas. ¿Cómo es posible que una ley destinada a fortalecer los derechos de las víctimas termine siendo utilizada para reducir la pena de un condenado por violación en grupo? ¿Qué mensaje envía esto a las víctimas de agresión sexual? Y, por último, ¿cómo podemos navegar por este laberinto legal sin perdernos en un mar de tecnicismos y contradicciones?

Una cosa es segura, el caso de La Manada sigue siendo un desafío para el sistema de justicia y un recordatorio de que las leyes y su aplicación a menudo pueden ser tan complejas y confusas como el laberinto de la mitología griega.

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