El devastador sismo en Marruecos: 2.012 víctimas mortales y extensos daños urbanos

Un sismo de considerable magnitud, alcanzando los 7 grados en la escala Richter, ha dejado una secuela de devastación en la provincia de Al Hauz, Marruecos. Según reportes emitidos por el Ministerio del Interior de Marruecos, el número de víctimas mortales asciende a 2.012 personas, mientras que 2.059 individuos resultaron heridos como resultado directo de este cataclismo natural.

Entre los heridos, hasta 721 han sufrido lesiones de gravedad. En un esfuerzo por proporcionarles el cuidado médico necesario, todas estas personas están siendo trasladadas a diversas instituciones hospitalarias de la zona afectada. Las autoridades pertinentes han comunicado que la mayor concentración de fallecidos se ha registrado en la provincia de Al Hauz, donde lamentablemente perecieron 542 personas. En segundo lugar, Tarudant, otra provincia marroquí, fue fuertemente impactada, con un total de 321 víctimas mortales.

Adicionalmente, Chichaua se ubica en el tercer lugar de la lista con 103 personas fallecidas, seguida por Uarzazate con 38, Marrakech con 13, Azilal con 11 y Agadir con 5. La ciudad de Casablanca, hasta el momento, registra tres decesos, y se suma a esta triste cifra un fallecimiento en Yusufiya. En un esfuerzo por atender adecuadamente a los heridos, han sido trasladados a los hospitales más cercanos de la región.

El Devastador Sismo en Marruecos: Una Prueba para el Régimen Marroquí

La ciudad turística de Marrakech y sus alrededores han sido sacudidos por el terremoto más potente jamás registrado en la historia reciente de Marruecos, dejando una cantidad considerable de víctimas entre los fallecidos y los heridos.

Desde una perspectiva aérea, a bordo de una aeronave, la alfombra que caracteriza los tonos marrones y verdes oscuros de Marruecos se extiende con su calidez típica, envolviendo la geografía del país. Sin embargo, al acercarse a tierra, los estragos de la furia de la naturaleza comienzan a hacerse evidentes. Lo que antes era la ciudad vieja de Marrakech, con sus majestuosas murallas de color ocre, se ha transformado, tras el dramático terremoto que la sacudió la noche del viernes, en un montón de escombros.

Las construcciones de adobe, vulnerables por naturaleza, no pudieron resistir la fuerza del sismo y se derrumbaron. La mayoría de los habitantes de la medina, el casco antiguo de la ciudad, han sido evacuados por las autoridades. Dado la falta de alternativas de vivienda, muchos de ellos se han refugiado en espacios abiertos, como la explanada de Lemhamid, que tradicionalmente acoge las multitudinarias oraciones del calendario musulmán. Ahora, las palabras de consuelo se mezclan con las oraciones.

“Gracias a Dios, toda la familia está bien, pero hemos sufrido mucho y pasamos toda la noche sin dormir en la calle”. Mohamed F. describía así la pesadilla vivida en Marrakech durante el terremoto más devastador registrado en la historia reciente de Marruecos. El balance de víctimas mortales en este momento asciende a 2.012, con más de 2.059 heridos, de los cuales 1.404 están en estado crítico. Se teme que el número de fallecidos pueda aumentar aún más.

La ciudad turística de Marrakech, que se encuentra a unos 320 kilómetros de Rabat, ha sido una de las áreas más afectadas, junto con las provincias de Al Hauz, Uarzarzat, Azilal, Chichaua y Tarudant, según el Ministerio del Interior de Marruecos. El sismo tuvo una magnitud de 7 en la escala Richter, según el Ministerio del Interior, mientras que el Servicio Geológico de Estados Unidos lo registró como 6.8 y señaló que tuvo lugar a una profundidad de 18.5 kilómetros. El epicentro se ubicó en la localidad de Ighil, a unos 80 kilómetros al suroeste de Marrakech.

Las banderas a media asta reflejan la realidad de una catástrofe que pone a prueba a las autoridades del reino alauí. “¿Dónde está el gobierno? Aquí no hay nadie”, se preguntaba un anciano que pasaba en moto entre los escombros en el callejón de Zitoum Kdim, en el barrio judío. Este barrio es uno de los más afectados por el terremoto, y la ausencia de equipos de seguridad era evidente al caer la noche. Abderrahman, un vendedor de legumbres, se vio obligado a detener su camino al encontrar un edificio derrumbado que bloqueaba la calle. “¿Qué puedo hacer?”, se lamentaba. En las calles, las autoridades parecían más ocupadas dirigiendo el tráfico que en retirar escombros y abrir pasajes.

El reino ha declarado tres días de luto nacional. “Hemos decidido un duelo nacional de tres días, con banderas a media asta en todos los edificios públicos”, declaró la Casa Real en un comunicado difundido a través de la agencia marroquí MAP, tras una reunión presidida por el rey Mohamed VI.

Siguiendo las instrucciones del monarca, las fuerzas armadas han sido desplegadas en las zonas afectadas, especialmente en Al Hauz, incluyendo recursos aéreos. Equipos de rescate y un hospital médico quirúrgico de campaña han sido enviados, según informa el medio local Le360.

Los medios marroquíes aseguran que este es el terremoto más potente que ha experimentado el país norteafricano. El Ministerio del Interior situó su magnitud en 7, mientras que el Servicio Geológico de Estados Unidos lo midió en 6.8, indicando que se produjo a una profundidad de 18.5 kilómetros. El Gobierno marroquí ha asegurado que ha movilizado “todos los recursos necesarios para intervenir y ayudar en las zonas afectadas”. El centro local de transfusiones de sangre lanzó un llamamiento para realizar donaciones, informó Efe.

Las personas y las familias, cargando maletas, recorren las calles de Marrakech después de abandonar sus hogares. Algunos turistas intentan orientarse o continúan con sus planes de ocio. Hamid se asoma al arco de su restaurante y se lleva la mano al corazón. “Por ahora, no podemos entrar”. Las fincas de naranjos y olivos en las afueras de la ciudad acogen a miles de familias que han dejado sus casas agrietadas, todavía con el miedo palpable. Las réplicas sísmicas son ahora la mayor preocupación de la población y el foco de advertencias por parte de las autoridades.

El Hospital Universitario de Marrakech tuvo que evacuar a los pacientes en camas médicas fuera del recinto la noche en que se produjo el terremoto, debido al peligro de colapso. El aeropuerto de Menara también sufrió daños en su terminal de llegadas, lo que no impidió que el viernes por la tarde siguieran llegando turistas de todo el mundo. Estamos en plena temporada alta en Marrakech, luego de superar un verano con temperaturas que alcanzaron los 55 grados Celsius.

La Difícil Tarea de Llegar a las Aldeas
La mayor dificultad en estas primeras horas reside en las aldeas más remotas y de difícil acceso. En estas zonas, el ejército y la policía han comenzado a desplegarse para advertir a la población, a través de megáfonos, que no permanezca bajo

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