Son días extraños, o si se quiere más extraños de lo habitual que es mucho decir. El empeño de nuestros políticos en escenificar las situaciones que en otros tiempos hubiéramos considerado una muestra exagerada de un desequilibrio psicológico, una carencia de realismo, y hasta un menosprecio a la ciudadanía, tan intolerable que los hubiéramos devuelto a sus cubiles sin ningún miramiento. Hoy, por alguna razón que se me escapa, los toleramos aun cuando sus actos y sus declaraciones rozan en el mejor de los casos el esperpento, y en el peor la ilegalidad constitucional.

De Sánchez y los suyos poco hay que añadir. Allá donde se han ido infiltrando, la calidad constitucional de las instituciones es preocupante. Pero es que la alternativa no parece estar a la altura, y eso que el Sanchismo se lo puso a h…

Feijoo está resultando una alternativa fallida (otra vez). Resulta extraño que un partido con tanta militancia y en un país con tantos talentos (eso dicen) un partido como el PP tenga tantas dificultades para acertar en la elección de un líder que los dirija en la dirección que su partido necesita. Feijoo es errático, indeciso, contradictorio, actúa como un hombre que pensaba que su sola presencia bastaría para erradicar el Sanchismo, y rescatar a un partido desnortado que lleva demasiado tiempo buscando un rumbo que lo rescate de sus propias vergüenzas y complejos. No parece que Feijoo sea la respuesta. Como otros gallegos antes que él es difícil entender las contradicciones de un día tras otro.

Hace unos días nos mostraba parte de esa personalidad oculta que define a la mayoría de los políticos, y que aflora cuando el pánico a fracasar los embarga. Un día se muestra dispuesto a reunirse con el partido de Puigdemont, en contra del criterio de su propio partido en Cataluña. Otro día nos desvela que su condición de gallego, le permite entenderse y por lo tanto negociar con vascos y catalanes por compartir al parecer una genética común y peculiar.

En el proceso, Sánchez se crece ante las incertidumbres y las contradicciones de este hombre, se burla de él, e impone a la sociedad española la percepción de que con muchos menos votos que Feijoo, es el legítimo aspirante a gobernar, y Feijoo, resulta incapaz de reaccionar con la contundencia, la claridad y la convicción necesarias para dar la talla de sus pretensiones. Mal futuro le veo a este hombre, mientras no sepa si sube, baja o está parado en medio de la nada.

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