Nunca sentí el 11 de septiembre (la Diada) como el día de Cataluña. Otros sí que tienen ese sentimiento, y no solamente alardean de él, sino que te lo imponen como si de un dogma sagrado se tratara. La Diada no puede a mi juicio representar a todos los catalanes.

Los motivos a estas alturas son obvios, y no voy a explicar la historia que se esconde tras esa fecha. Creo, que un dia que podamos celebrar todos los catalanes debería representar su pluralidad, y más importante no fundamentar la doctrina ideológica de una parte en perjuicio de otra.

Las falacias no son buenas cuando se quiere dar a un pueblo un elemento identitario tan falso en su historia y su interpretación como es la Diada. Satisfará a algunos (o a muchos) a mí me da igual. El único sentimiento que me embarga el 11 de septiembre es el de una pena inexplicable por nuestro empeño en inventar muros que nos enfrenten.

Teníamos como alternativa el día de Sant Jordi, pero los libros y su contenido no inspiran los mismos sentimientos a quienes hoy buscan en la Diada la excusa para bramar contra la gente como yo (que son muchas).

Hubo un tiempo en que la Diada, era celebrada por todos los catalanes. Hoy está monopolizada por una causa que excluye y estigmatiza a más de la mitad de los que habitamos en esta bendita tierra. Aún así, no faltan las oportunidades para los que creemos en la pluralidad, y libertades constitucionales, de reunirnos y recordarnos a nosotros mismos, que también tenemos voz, razón, y futuro.

Hoy ha sido una fiesta de C’s. Mañana, será la SCC u otra de las muchas entidades que han asumido ese compromiso. Pero lo cierto es que hoy en Catalunya, el escenario de la calle, pertenece a los otros.

Sabemos que somos más porque las urnas así lo prueban. Que tenemos razón porque la Constitución, el Estatuto, todo el Estado de derecho, más el sentido común, así lo declaran. Pero sus escenificaciones sugieren lo contrario.

Esta tarde también serán muchos. El espejismo será lo suficientemente fuerte, para seguir seduciendo y arrastrando a una parte importante de nuestro pueblo hacia un conflicto de consecuencias imprevisibles. Como consecuencia, los próximos meses y quizás los próximos años, no encontraremos la respuesta que buscamos.

Pero esta mañana durante unas horas he tenido fe en el futuro.

Quizá sea cierto lo que dicen y un día los catalanes volvamos a unirnos en la celebración de una fiesta compartida que signifique lo mismo para unos y otros. Quizás..

F.R

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