Una comparación entre el caso de la ex Yugoslavia y el caso catalán: cuando el nacionalismo se puede convertir en una bomba de tiempo.

Vosotros sois muy jóvenes, yo no.

Cuando yo era joven y estaba apasionada por la música, y también por la clásica, uno de los destinos más interesantes para ir a aprender clásica era la antigua Yugoslavia.

Era una auténtica potencia musical. (También era una potencia deportiva, pero yo de deporte no sé tanto). Amigos que estuvieron allí venían contando maravillas de las escuelas de música allí y conmovidos con la belleza del país. A nadie se le ocurría que todo pudiera degenerar en una guerra civil que mató a 130.000 civiles en tres años, y en un genocidio cuyos efectos aún no se han calculado. En un éxodo de millones de personas. En una guerra entre vecinos.

Sí, todo sucedió en la ex Yugoslavia, en aquel país tan bonito y ordenado.

“El mayor fracaso colectivo de Europa”, así se ha denominado años después a la Guerra de los Balcanes.

He estado varias veces en Croacia, una en Serbia, varias en Montenegro. Lo que los jóvenes me contaban era exactamente lo mismo que me confirmó una encuesta de Gallup de 2017 ponía cifras al fenómeno:

LOS EX YUGOSLAVOS CREÍAN QUE EL NACIONALISMO ERA LO PEOR QUE LES HABÍA PODIDO PASAR.

Y que las cosas iban mejor cuando Yugoslavia estaba unida. Y esto lo decían: – el 81% de los serbios, -el 77% de los bosnios, -el 65% de los macedonios, – el 41% de los eslovenos – Y solo el 23% de los croatas (porque fueron los que se llevaron la mejor parte en la guerra)

Lo que me parece importante aquí y lo que os quiero transmitir es que yo en 1985 jamás habría podido imaginar que cinco años después Yugoslavia se iba a convertir en el escenario del peor conflicto bélico en Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Y estoy segura de que ningún catalán se imagina que en Cataluña se pueda desencadenar un conflicto semejante. Bueno. Pues yo sí.

Es muy triste, muy triste, que yo haya tenido que desactivar comentarios en mi X (Twitter), porque este es un tema que me encantaría haber podido debatir.

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