El 31 de Julio cerraron el prostíbulo por la infección de una trabajadora, aunque salud pública no lo dio a conocer hasta el 7 de agosto y se puso manos a la obra.

Primero empezaron por desinfectar el local y después comenzó el rastreo, que en este caso tan particular no ha sido del todo fácil. Se hicieron pruebas PCR a toda la plantilla del local así como a algunos de sus clientes.

Según fuentes de salud pública han asegurado que las identidades de los posibles clientes son confidenciales.

A fecha de hoy el prostíbulo sigue cerrado y parece que se solo se han detectado 4 casos más entre el personal, no de ningún cliente

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