El prófugo Carles Puigdemont ha vuelto a lanzar sus dardos de retórica desafiante, esta vez dirigidos hacia la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y el Gobierno de Pedro Sánchez. En su característico estilo, Puigdemont ha dejado claro que él no es quien necesita ayuda, sino más bien quien la ofrece, como si estuviera en una especie de posición de superioridad en las negociaciones.
En su respuesta a las declaraciones de Díaz sobre la unilateralidad en un acuerdo de amnistía, Puigdemont ha adoptado una actitud de “no necesito tus votos, tú necesitas los míos”. Parece que está dispuesto a poner las cosas difíciles en las negociaciones para su propia investidura.
«Las condiciones no las pone quien pide ayuda, sino quien la da»
Con una metáfora bancaria, Puigdemont ha tratado de ilustrar su punto: “Puedes negociar si hay un periodo de carencia y el tipo de interés que te proponen, por ejemplo”. Pero, en su opinión, no puedes esperar que alguien renuncie a cobrar intereses. Aquí, está claro que se refiere a las condiciones que él considera inaceptables para una amnistía.
A lo largo de su respuesta, Puigdemont ha transmitido una sensación de control sobre la situación, como si estuviera en posición de dictar los términos de cualquier acuerdo. Parece seguro de que su posición en las negociaciones es fuerte y que, al final del día, obtendrá lo que quiere, a pesar de las palabras de Díaz sobre la necesidad de un pacto histórico y la ausencia de unilateralidad.
En última instancia, Puigdemont parece estar desafiando a Sánchez y Díaz, sugiriendo que ellos necesitan más su apoyo que él necesita el suyo. Esto plantea interrogantes sobre cómo se desarrollarán las negociaciones en el futuro y si el Gobierno cederá ante las demandas del líder separatista.