Dice la ministra: “se incluye la paulatina desaparición de la reducción por tributación conjunta mediante el establecimiento de un régimen transitorio, debido a que genera un desincentivo a la participación laboral del segundo perceptor de renta (principalmente mujeres)”.………….
Si algo han aprendido los gobiernos de cualquier color, es a vestir la mona de seda, aunque como dice el refrán mona se queda.
La intención declarada de reducir los supuestos beneficios de una declaración conjunta por parte de los dos cónyuges no es más que otro impuesto con el que se castiga a las familias que se esfuerzan en salir adelante pese a las dificultades que el sistema tributario les impone. Los españoles entregamos casi la mitad de nuestras nóminas para sostener un sistema, que si optimizara los recursos que generamos no tendría necesidad de asfixiarnos aún más con tributos, tasas, impuestos indirectos… Pero aun así, aguantamos.
Mientras, la exprimidora de la administración encuentra novedosas formas de llevarnos al límite. En ese sentido nada ha cambiado desde la antigüedad, pero esta ministra demuestra ser tan ingeniosa como cínica en su declaración.
Socialista y feminista declarada parece identificar en las mujeres un oportunismo indeseable que ella con esa medida pretende erradicar.
Se supone (siempre según la ministra) que el pequeño beneficio de presentar una declaración conjunta por parte de los dos cónyuges es una razón para que las señoras no se integren en el mercado laboral, y sigan siendo amas de casa. Así, no solamente ofende y desprecia la dignidad del ama de casa, sino que le atribuye una indeseable pereza, por integrarse al mundo laboral, como si eso fuera una opción al alcance de todo el mundo.
Cinismo, ignorancia, y un desprecio absoluto es lo que esta gente nos ofrece cada vez que abren la boca.
El Gobierno congela la idea de eliminar la reducción por tributar conjunto el IRPF