¿Por qué nos estamos riendo? ¡Pues claro!

Miren, queridas Jennifer Hermoso y compañeras, no podemos negar que han hecho un gran trabajo en sus entrenamientos. Pero, ¿saben quién también ha contribuido a que lleguen tan lejos? Los espectadores, sí, los espectadores. No lo niego, nadie debería soportar un beso no deseado, y eso está claro. Sin embargo, amiga, déjenme decirles que lo que ocurrió no fue exactamente un episodio de agresión en un desequilibrio de poder, ¡ni mucho menos! No, eso fue un simple beso, como los que todas nos hemos dado alguna vez en un momento de euforia.

¿Lo entienden? Todos lo sabemos. De hecho, ¿qué acto de cinismo mayor que aprovechar ese hashtag de un restaurante en Ibiza para escribir “No hay verano sin beso”? ¡Menuda jugada! ¿Quién ostenta el poder aquí? Ahora mismo, el verdadero poder está en la agenda, en el movimiento feminista. Ese es el poder real, y es por eso que muchas personas se quedan en silencio.

Es por eso que Yolanda Díaz, de manera velada pero amenazante, sugiere que este hombre ni siquiera sabe lo que hizo ni dónde está. ¿Y quién tiene el poder ahora, señoras y señores? Las feministas, no solo en España, sino en todo el mundo. Un simple acto se convierte en una agresión. ¿Y qué sucede? Todas las jovencitas salen a la calle.

¿Cómo puede una chica denunciar algo ahora después de lo que ha pasado en plena luz del día y con todas las cámaras? Si a este hombre lo están destrozando públicamente y los aduladores lo aplauden, realmente me están tomando el pelo. ¡Me están tomando el pelo! Yo misma he sufrido abusos en el ámbito laboral, y esto es una verdadera burla.

¿Pero quiénes son todas estas que se han subido al carro de la indignación? Estoy segura de que ni siquiera han visto un partido de fútbol en su vida ni han seguido a ninguna deportista. Apuesto lo que quieran a que no tienen ni idea. Pero ahora, como está de moda defender esto, pues nada, elevamos un simple beso a la categoría de agresión y victimizamos a todo un equipo de fútbol femenino. ¡El próximo partido ni se verá, ni Pirri lo verá!

Y es que, señoras y señores, en tiempos donde las redes sociales dictan el rumbo, todo se vuelve viral. No importa si fue un simple beso o un abrazo, ahora todo es un escándalo. La próxima vez que alguien le dé un abrazo a su compañero de trabajo, ¡cuidado! Puede que el hashtag #AcosoLaboral esté esperando para atacar.

En definitiva, estamos en una época donde lo que realmente importa es mantenerse al tanto de las tendencias y sumarse a la indignación colectiva. Y si eso significa que un beso se convierte en un crimen, entonces así sea. Al fin y al cabo, el poder de las redes sociales es el nuevo arbitro, y no se pueden permitir que esas jugadoras de fútbol sigan triunfando en paz. ¡El fútbol femenino, en la era de las redes, no puede ser tan simple como un partido!

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