LA HISTORIA INTERMINABLE… LA TRAGEDIA DE ORIENTE MEDIO
En un contexto mundial ya enrarecido por conflictos que ponen en peligro ese edificio en equilibrio que llamamos paz, ha estallado uno más. El ataque terrorista de Hamás al pueblo israelí ha sido una noticia desconcertante, por lo que tiene que ver de autodestructiva para los mismos palestinos. Hay que recordar que el pueblo palestino lleva décadas secuestrado por sus líderes terroristas y adoctrinado hasta el extremo desde entonces. Aun así, hay que reconocer que la política del estado de Israel no ha sido benevolente con esa gente, más bien y eso no se puede negar, se han violentado todos los acuerdos firmados, acotando a través de los hechos consumados la posibilidad de supervivencia de ese desgraciado pueblo.
Nada de lo expuesto justifica un acto tan terrible como el que ha protagonizado Hamás. Una acción que seguramente obedece a la estrategia, según se ha denunciado de otros estados más poderosos (Irán…) pero que difícilmente pagarán las consecuencias. Una vez más el castigo recaerá sobre una población ya castigada por sus mismos mandatarios. Israel hoy es víctima, mañana será verdugo, y esta triste acción justificará cualquier acto como legítimo. Ése es siempre el resultado final.
¿Por qué nos preocupa tanto lo que sucede en ese territorio? Es cierto que ha habido y hay otros conflictos mucho más dimensionados y en apariencia de mayor trascendencia. Sucede, sin embargo, que lo que acontece en Oriente Medio y especialmente en esos territorios, divide a la población mundial de una manera más significativa que en otros casos. Desde aquellos movimientos religiosos de profunda influencia en los EEUU que identifican todo suceso en esas tierras con las profecías bíblicas sobre el Armagedón, hasta los movimientos sionistas y sus contrarios, pasando por una izquierda ondulante en este tema, y unos países con políticas contradictorias que alivian su conciencia con ayudas y subvenciones que más que aliviar prolongan en el tiempo un status sin futuro. Todos ellos y más intuyen que lo que sucede en Oriente Medio principalmente con estos protagonistas, encierra una trascendencia que como la flecha de Paris puede herir lo que parece ser nuestro talón de Aquiles.
Las consecuencias pueden ser funestas. Hoy ya lo son para innumerables víctimas, y en los próximos días la tragedia promete dimensionarse. Una vez más, la inoperancia e incompetencia cuando no la pusilánime política de Occidente pagará la factura. Mis condolencias para todas las víctimas.