A medida que el país se va quedando sin élites, y a pesar de las restricciones impuestas por los fundamentalistas, muchos jóvenes activistas afganos han decidido correr el riesgo de quedarse. 

Matiullah Wesa, que dirige una ONG especializada en educación en Spin Boldak, pretende continuar su batalla por el acceso a la escuela y no dejar que los logros de los últimos veinte años se esfumen.

Contra los talibanes, resistencia a través de libros y educación

¡No me iré!” Al final de una línea de WhatsApp tan frágil como su país, Matiullah Wesa, de 29 años, habla con la determinación de un viejo sabio.

¿Negación o pura locura? 

Desde el flashback de Kabul por parte de los talibanes el 15 de agosto, insiste en que 

“La educación es la única solución … Si yo me voy… , ¿quién se quedará aquí para cuidarlos?”

Perfectamente angloparlante, cubierto de medallas por haber reabierto decenas de escuelas en todo Afganistán, incluso en las zonas más remotas, el joven director de la ONG Pen Path podría haber optado por huir en uno de estos pájaros, de acero. Pero él se ha quedado.

A través de la educación de las niñas podemos educar a una generación Desarrollar una sociedad Traer prosperidad Detener la guerra y la crisis Iluminar la nación Respetarnos mutuamente Conocer nuestros derechos Esperamos que el gobierno de Afg reconozca el valor de la educación de las niñas y apoyaremos esta causa

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