El pintoresco mundo del fútbol español ha dado un giro inesperado con la renuncia de Luis Rubiales como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). ¡Ah, el poder y las polémicas! Parece que Rubiales ha decidido bajarse del tren del poder después de un turbulento episodio que involucra un beso en una final de fútbol femenino. ¿Un beso? Sí, has leído bien. Un simple beso ha sacudido los cimientos de la RFEF y ha dejado a todos preguntándose qué demonios está pasando en el fútbol español.
El drama comenzó con un beso aparentemente inocente, o eso parecía. Rubiales, el hombre en cuestión, plantó un beso en la mejilla de Jenni Hermoso, una jugadora de la selección española de fútbol femenino, durante la final del Mundial Femenino. Hasta aquí todo bien, ¿verdad? Bueno, resulta que Jenni Hermoso no estaba contenta con el beso. Lo que podría haber sido un gesto de celebración normal se convirtió en una acusación de agresión sexual. Sí, ¡una acusación de agresión sexual por un beso en la mejilla! ¿Quién lo hubiera imaginado?
Las cosas se complicaron aún más cuando la FIFA decidió tomar cartas en el asunto y suspendió a Rubiales por 90 días de manera cautelar. ¿Por un beso? Parece que la FIFA tomó en serio esta cuestión de los besos. Pero eso no fue todo, el Gobierno español también trató de destituir a Rubiales a través del Consejo Superior de Deportes, pero el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) no estaba convencido de que un beso en la mejilla justificara tal medida.
Luego llegó el intento desesperado de suspender a Rubiales ante el TAD, argumentando que su comportamiento “dañaba la imagen de España”. ¡Vaya drama! Parece que el país estaba más preocupado por un beso en la mejilla que por cualquier otro problema real que pudiera estar ocurriendo.
En medio de toda esta locura, Rubiales ha decidido dar un paso al costado. Se despide de su cargo como presidente de la RFEF después de cinco años al mando. Aparentemente, ya no quiere lidiar con las acusaciones de agresión sexual por un beso. Además, ha renunciado a su puesto como vicepresidente de la UEFA, señalando que “es evidente que no podré volver a mi cargo”.
Rubiales también ha mencionado que “insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación, ni al fútbol español. Entre otras cosas, porque hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta”. ¿Poderes fácticos? ¿En serio? ¿Estamos hablando de un beso o de una trama de espionaje internacional?
En fin, el fútbol español nunca deja de sorprendernos. Quién hubiera pensado que un beso en la mejilla podría desencadenar una crisis de tal magnitud. El mundo del deporte a veces es más extraño que la ficción.
Carta de Rubiales
«Buenas noches.
Hoy he transmitido a las 21:30 hrs al Presidente en funciones, D. Pedro Rocha, mi renuncia al cargo de Presidente de la RFEF. También le he informado de que he hecho lo mismo con mi cargo en UEFA para que mi puesto en la Vicepresidencia pueda ser sustituido.
Tras la veloz suspensión realizada por FIFA, más el resto de procedimientos abiertos contra mi persona, es evidente que no podré volver a mi cargo. Insistir en quedarme a la espera y aferrarme a ello no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación ni al fútbol español. Entre otras cosas, porque hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta.
Ahí está la gestión de mi equipo y, sobre todo, la felicidad que me llevo por el enorme privilegio de estos más de 5 años al frente de la RFEF. No quiero que el fútbol español pueda resultar perjudicado por toda esta campaña tan desproporcionada y, sobre todo, tomo esta decisión tras haberme asegurado de que mi marcha contribuirá a la estabilidad que va a permitir que tanto Europa como África sigan unidas en el sueño de 2030, que permitirá traer a nuestro país el mayor evento del mundo.
Debo mirar adelante, mirar al futuro. Ahora hay algo que me ocupa con firmeza. Tengo fe en la verdad y voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que prevalezca. Mis hijas, mi familia y la gente que me quiere han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo.
Desde aquí transmito a todos los trabajadores, asambleístas, federativos y gente del fútbol en general, un fuerte abrazo, deseándoles mucha suerte.
Gracias a todos los que me han apoyado en estos momentos.
Luis Manuel Rubiales Béjar».