La madre del pequeño dio la voz de alarma tras recibir amenazas telefónicas. Los investigadores creen que el hombre quiso vengarse de su ex, de quien se estaba separando.
UN PADRE MATA A SU HIJO DE DOS AÑOS
Mientras sigue creciendo el número de víctimas por violencia de género, lo hace también el de menores muertos a maños de sus padres o madres como instrumento para hacer daño a la pareja o expareja.
El último caso de lo que se conoce como ‘violencia vicaria’ ha tenido lugar en Barcelona.
Martín Ezequiel Álvarez Giacco, un argentino de 43 años, es el presunto autor del asesinato de su hijo, un niño de dos años que fue hallado muerto en el hotel Concordia de la ciudad.
Las cámaras del establecimiento captaron como el hombre -que al cien‘e de esta edición seguía en busca y capturase escapaba por la parte trasera de la piscina antes de asegurarse, a la salida de la habitación y tras haber cometido supuestamente el crimen, que no había nada en el pasillo que impidiera su huida.
Los Mossos d’Escuadra han pedido la colaboración ciudadana para encontrar al presunto homicida con la difusión de una fotografía.
POSIBLE ASFIXIA
Los hechos se descubrieron cuando la madre del niño alerté a la policía de que el padre del menor, de quien se estaba divorciando, se había llevado al niño, con su permiso, a un hotel cercano a su domicilio y le estaba mandando mensajes amenazantes y en los que le decía que se arrepentiría de haberse separado.
«En el hotel te dejo lo que te mereces», fue el macabro escrito de despedida que hizo saltar todas las alarmas de la mujer sobre la posibilidad de que algo terrible hubiera sucedido.
Por eso se acercó al establecimiento, aunque el recepcionista le impidió subir a la habitación.
Tras llamar a la Guardia Urbana, fue una patrulla la que accedió al lugar, encontrándose al menor bajo la cama inconsciente y con la cara morada, lo que hace pensar que podría haber intentado asfixiarle. A pesar de las maniobras de reanimación de los agentes y de las cuatro ambulancias que se desplazaron al hotel, los sanitarios solo pudieron certificar su muerte.
Huéspedes del establecimiento han confirmado que horas antes padre e hijo disfrutaban de lo que parecía una apacible tarde de piscina y que el menor se mostraba «feliz»>.