Las palabras de Josu Ternera, el que fuese uno de los principales líderes de ETA, en el documental de Jordi Évole, han causado un profundo malestar en la Guardia Civil y en todos aquellos que valoran la democracia y el Estado de Derecho. Ternera se ha mofado de las víctimas de ETA, especialmente de los guardias civiles asesinados, insinuando que cumplían su función al ser objetivo de la organización terrorista. Este tipo de declaraciones resultan inaceptables y despreciables.
Desde la Asociación Unificada de la Guardia Civil, se ha tachado a Ternera de “miserable” y se ha subrayado que no se apoyará ningún intento de blanquear a ETA o a sus dirigentes, recordando que Ternera enfrenta una petición de 2.354 años de cárcel en España por su participación en atentados, incluyendo el ataque a la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza en 1987, en el que murieron 11 personas, incluyendo cinco menores de edad, y resultaron heridas 36 más.
Asociaciones y plataformas de la Guardia Civil, como JUCIL, han expresado su repulsa hacia el documental y las palabras de Ternera, calificándolas de “miseria moral y cobardía”. Han reiterado su compromiso con las víctimas y condenado el terrorismo de ETA.
La Asociación Española de la Guardia Civil (AEGC) ha subrayado que los agentes sabían cuál era su función: defender el Estado de Derecho y la democracia española. Han recordado que el terrorismo de ETA se castiga con prisión.
El documental de Évole repasa algunos de los atentados más sanguinarios en los que Ternera estuvo involucrado, incluyendo los perpetrados contra guardias civiles. En sus declaraciones, Ternera justifica estos asesinatos, argumentando que los agentes eran objetivos de la organización y que ETA actuaba de acuerdo a su análisis político. También intenta justificar el atentado de Hipercor, culpando al Gobierno de Felipe González.
En resumen, las palabras de Josu Ternera en este documental son una afrenta a la memoria de las víctimas y una muestra de la falta de arrepentimiento y responsabilidad por parte de un dirigente terrorista que causó un sufrimiento inmenso a muchas personas y a toda la sociedad española. El intento de blanquear a ETA y justificar sus crímenes es inaceptable y debe ser condenado enérgicamente. Las víctimas merecen respeto y reconocimiento, no provocaciones de individuos que han sembrado dolor y destrucción.