Se dice que el ex monarca, que huyó de una posible acción legal hace un año, siente nostalgia por su retiro de Abu Dhabi.

El Rey Emérito probablemente leerá este artículo”. 

Esta es la extraña advertencia con la que el diario El País inició, a principios de agosto, el relato de la vida cotidiana en los Emiratos Árabes Unidos de Juan Carlos, rey de España desde la muerte de Franco en 1975, hasta su abdicación a favor de su hijo Felipe VI en 2014.

No se sabe que el ex jefe de Estado sea un lector particularmente ávido. Pero, retirado y exiliado en la isla de Zaya Nurai, el rey está aburrido.

Ha pasado un año desde que Juan Carlos justificó su salida de España con una carta llena de insinuaciones y tácitas dirigidas, no a su pueblo, sino a su hijo. 

El 3 de agosto de 2020, el Palacio reveló que su antiguo inquilino había comunicado “su decisión, meditada, de permanecer, en este momento, fuera de España” con el fin de “facilitar el ejercicio de funciones (de Felipe VI, nota del editor) en paz y serenidad”. 

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