Me refiero a que si de verdad nuestras opiniones, nuestros votos, nuestras manifestaciones, concentraciones y demás actos en los que ponemos de manifiesto, nuestras opiniones tiene repercusión real sobre nuestras vidas.
Últimamente, vi un video en el que una persona infinitamente más inteligente e informado que yo, el Coronel de Infantería Don Pedro Baños Bajo, experto en geoestrategia, seguridad, antiterrorismo yihadista e inteligencia, que ha estado en numerosos destinos en donde se cuecen los acontecimientos, manifestaba algo que es a mi juicio incuestionable.
En 2008 la deuda pública española era el 30% del PIB, es decir, estábamos endeudados en una proporción que era asumible con unas empresas que sin ser una maravilla eran de titularidad española y la economía española era soberana, es decir, teníamos las riendas en nuestro poder.
Tras el paso por los gobiernos de Zapatero, ese monstruo literalmente hablando, en materia económica y en todas las demás, de Rajoy, un Don Tancredo que creía acertar sin moverse, y actualmente el canalla traidor Sánchez y su recua de comunistas y demás ralea, la DEUDA ES DEL 125 % y subiendo.
Es decir, señores que estamos debiendo dinero a tutiplen y lo peor es que esa deuda no está en manos españolas, es deuda foránea, extranjera y nuestros acreedores no entienden de barcos, no saben otra cosa que no sea que debemos pagar religiosamente los intereses de ese dinero prestado.
Nuestros políticos prometen a diestro y siniestras cosas que luego no pueden cumplir, ya que el acreedor de turno le dice lo que tiene que hacer para poder cobrar lo que le pertenece y mientras tanto el político para poder hacerlo se compromete cada vez más, emitiendo más deuda pública y “enmierdando” más nuestra economía, es decir nuestro país.
El Sánchez es tan canalla que hace dos días regalo 140.000.000 € para pagar el compromiso con la UE de la transición ecológica y no sé que más, dinero que no tenemos y que tenemos que pedir, otra vez, a los que nos prestan.
Nuestras empresas están baratas, nos compran con dinero extranjero, ya que nosotros no podemos sostenerlas y obviamente el dinero que producen se lo llevan los que nos las han comprado.
Nosotros podemos manifestarnos en donde queramos, pero no mandamos NADA sobre nuestro destino, gracias a unos gobernantes que han vivido para hacerse SU FUTURO, no el nuestro.