A mediados del pasado mes de mayo, en pleno estado de alarma, la vicepresidenta primera del Gobierno aportó una de sus claves para entender la expansión del coronavirus por España y otros puntos del planeta.

«Yo no me había dado cuenta nunca, la verdad que a veces los mapas los tiene uno en la cabeza y los tiene mal. Yo no me había dado cuenta nunca que Nueva York, Madrid, Teherán y Pekín están casi en línea recta, no exactamente pero casi en línea recta, en horizontal, que son tres de las grandes ciudades donde se ha dado un problema del demonio«, explicó Carmen Calvo.

A sus explicaciones sobre la expansión del coronavirus hay que añadir varias frases que Carmen Calvo ha dejado para la posterioridad, empezando por su ya famosa:

«Estamos manejando dinero público y el dinero público no es de nadie», que afirmó el 29 de marzo de 2004, cuando era ministra de Cultura.

 

 

Carmen Calvo espetó más frases poco acordes con el nivel y un perfil de una ministra de Cultura o una vicepresidenta del Gobierno, como:

«Deseo que la UNESCO legisle para todos los planetas», “Un concierto de rock en español hace más para el castellano que el instituto Cervantes» o «El libro es muy útil porque no se le agotan las pilas».

En el terreno más personal, la mujer de confianza de Pedro Sánchez se sinceraba diciendo:

«Yo transmito que soy muy yo, y que voy de yo por la vida. Soy una tía a la que no doblan. Yo no renuncio a mis vaqueros ni a nada. Cuando deje de ser ministra seguiré siendo yo, que es mi verdadero cargo».

Calvo también reconoció en abril del 2005 en el transcurso de una cena homenaje al actor Miguel Ángel Solá:

«Me gusta madrugar para poder pasar más rato en el baño: allí leo el periódico, oigo la radio, oigo música» e incluso, llegó a decir «hablo por teléfono con alcaldes, ¡en bragas!’»

Ahí tenemos a la mano derecha de Sánchez.

 

 

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