A los que criticáis que salgan los niños con Autismo a la calle, os presento varias situaciones tras una semana y media:
Ayer tuve a un alumno llorando una hora a moco tendido una hora en su habitación diciéndome que les diga a sus padres que siente mucho lo que sea que haya hecho.
Otro de mis alumnos pudo salir a dar un paseo por el bosque colindante un par de horas. Volvió y se echó a llorar y a morderse las manos hasta que le sangraban.
Uno de mis chicos no se duerme hasta las 4 de la mañana por la falta de rutina. Ayer le pegó a otra nena, que estuvo dando alaridos sin parar hasta que se quedó sin voz.(Tranquilos, le pegó un capón en la cabeza y nada más, están los dos bien).
Otro alumno del centro estuvo gritando fuera mientras lloraba porque quiere salir en autobus a comprar a la tienda. Al verle, uno de sus antiguos compañeros de piso se puso a gritar y a autolesionarse.
Os hacéis una idea. Todos lo estamos pasando mal, pero ellos además no entienden lo que está pasando. No entienden que de repente no tengan clases. Ni que sus días sean diferentes de golpe. Ni que tengan que estar separados de sus compañeros.
La mayoría de mis alumnos no son verbales, pero otros sí. Todos intuyen o escuchan lo que el personal a su alrededor dice. Nuestra preocupación. La distancia que mantenemos cuando normalmente trabajamos con mucho cariño y cercanía. Están tensos porque nosotros estamos tensos.
Y lo que nos queda. Y nosotros seguimos a diario, en turnos de 12 horas, organizando actividades, y creando planes y juegos e intentando seguir adelante y llenar sus días de cosas positivas. Y sufren. Y eso que mis alumnos son unos privilegiados en muchos sentidos.
Tienen acceso a los columpios del cole a ratos y en grupos, tienen espacios propios donde separarse, tienen profesionales a su disposición. Y están pasándolo mal igual.
Imaginad la situación en casas sin medios. Familias numerosas. Chicos y chicas que no han tenido tanto apoyo educativo y tienen más conductas autolesivas o agresivas hacia su entorno. Luego si tal me decís que no pueden salir a dar una vuelta.
No penséis que todo es horrible. Son momentos de crisis, pero también muchos de felicidad. Están conectando mucho entre ellos. Ayer cuando el chico que sangraba por las manos estuvo llorando en la sala, otro de ellos se le acercó y se sentó a su lado y le cogió la mano.El que lloraba se puso a reir entre sollozitos y casi lloramos todos.Mi nena del capón luego se dió un abrazo con el que le pegó un capón (que era el que le dió la mano al chico anterior). No todo es malo, pero mucho sí.
Y bueno, qué os voy a contar ya, que les quiero mucho y estoy súper orgulloso de todos, porque no hay día que no hagan todo lo que puedan y más por reirse, seguir jugando y por vivir.
Hay mucho desconocimiento sobre el Autismo. Particularmente en muchos casos sobre los autismos más severos. El Asperger nos va sonando más como sociedad, pero hay más personas en el espectro autista.