La red de espionaje político más escandalosa de la democracia española

Leire Díez investigaba a Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso y otros líderes del Partido Popular por orden directa de Ferraz para sacarles trapos sucios antes de las elecciones de 2027. Esta revelación, que emerge del complejo entramado del caso Koldo, desvela una operación de espionaje político sin precedentes que sacude los cimientos de la política española y expone las prácticas más turbias del poder.

La militante socialista, conocida como “la fontanera de Ferraz” por su papel de limpieza de escándalos, mantuvo reuniones en el piso que pagaba la empresa de Cerdán con implicados en la trama de hidrocarburos y exmiembros del PP. Su misión era clara: recopilar información comprometedora sobre los principales líderes de la oposición para utilizarla como munición electoral.

El método: audios de Villarejo y reuniones clandestinas

Díez no escatimó en recursos ni métodos para cumplir su cometido. Logró hacerse con audios de Villarejo encargados por Cospedal en los que se menciona al entonces presidente de la Xunta de Galicia, refiriéndose a Feijóo durante su etapa como presidente gallego. Esta información privilegiada, procedente de las grabaciones del ex comisario José Manuel Villarejo, representaba un arsenal de datos sensibles sobre figuras clave del PP.

La operación se articuló desde el corazón del PSOE. Santos Cerdán, secretario de organización del partido, financiaba el piso donde se celebraban las reuniones estratégicas. Este inmueble se convirtió en el centro neurálgico de una red de contactos que incluía a implicados en la trama de hidrocarburos y exmiembros del PP dispuestos a proporcionar información interna sobre sus antiguos compañeros de partido.

La conexión con el caso Koldo: una trama de corrupción sistémica

La fontanera de Ferraz se presentó como un miembro del PSOE y se mostró preocupada ante el informe “demoledor” que la UCO elabora sobre Santos Cerdán. Sus movimientos no eran casuales: Díez sabía que el caso Koldo amenazaba con salpicar directamente a la cúpula socialista, especialmente a Cerdán, y necesitaba generar contraofensivas que desviaran la atención hacia el PP.

Las diligencias sobre el asesor de José Luis Ábalos y el empresario Víctor de Aldama arrancaron en 2022 con una denuncia del PP sobre contratos de mascarillas y ha desembocado en un atestado de la Guardia Civil que apunta a comisiones salidas de obras públicas. En este contexto, la labor de Díez adquiría una dimensión estratégica: mientras la UCO investigaba la corrupción socialista, ella trabajaba para encontrar escándalos equivalentes en el PP.

Los encuentros secretos y la búsqueda de información sensible

La militante socialista Leire Díez ofrecía en sus encuentros supuestos acuerdos con la Fiscalía o la Abogacía del Estado que no han llegado a materializarse. Sus reuniones siguieron un patrón claro: Díez se presentaba como intermediaria oficial del PSOE, prometiendo beneficios judiciales a cambio de información comprometedora sobre líderes populares.

El trabajo de campo incluía encuentros con empresarios investigados, ex dirigentes del PP descontentos y personas con acceso a información privilegiada. Su objetivo era construir un dossier completo sobre Feijóo, Ayuso y otros dirigentes populares que pudiera utilizarse estratégicamente durante la campaña electoral de 2027.

La negativa oficial y la realidad de los hechos

La militante socialista, que ha pedido su baja del partido, asegura que sus maniobras con empresarios acusados de corrupción tienen que ver con un trabajo de investigación sobre las cloacas del estado. Díez ha intentado desvincularse oficialmente del PSOE, alegando que actuaba como periodista independiente investigando la corrupción estatal.

Sin embargo, en declaraciones del 27 de mayo de 2025, Leire Díez reconoció la autenticidad de la conversación, aunque aseguró que se trataba de una reunión enmarcada en una supuesta investigación periodística sobre la trama de los hidrocarburos con vistas a publicar un libro. Esta justificación resulta poco creíble dado el contexto de las reuniones, los recursos utilizados y los contactos establecidos.

Las tensiones internas: cuando Koldo rechazó colaborar

Con un tajante «iros a la mierda», Koldo García, exasesor de José Luis Ábalos, expulsó de su despacho a Leire Díez, emisaria del PSOE, durante una tensa reunión. Koldo García, figura central del escándalo de corrupción que lleva su nombre, se negó a colaborar con las maniobras de Díez, consciente de que cualquier información proporcionada podría comprometer aún más su situación judicial.

La actividad de la emisaria del PSOE, Leire Díez, ha sido frenética desde principios de 2025, coincidiendo con el recrudecimiento de las investigaciones judiciales sobre el caso Koldo y la proximidad de importantes decisiones electorales. Su agenda intensiva reflejaba la urgencia del PSOE por encontrar contraargumentos efectivos frente a los escándalos que amenazaban al partido.

Las implicaciones para la democracia española

Este escándalo trasciende la mera rivalidad partidista para convertirse en una cuestión de calidad democrática. El uso de métodos de espionaje político, la infiltración en investigaciones judiciales y la manipulación de información sensible representan una degradación de los estándares democráticos que debería preocupar a todos los ciudadanos, independientemente de su orientación política.

La financiación de estas operaciones a través de empresas vinculadas a Santos Cerdán, la utilización de pisos como centros de operaciones clandestinas y la promesa de acuerdos judiciales inexistentes configuran un panorama de prácticas irregulares que requieren una investigación exhaustiva por parte de las autoridades competentes.

El futuro de la investigación

El PSOE presentó una investigación similar como cortafuegos en marzo de 2024, en los primeros compases del presunto caso de corrupción que afecta al partido de Pedro Sánchez. Esta estrategia de crear comisiones de investigación que terminen sin conclusiones parece ser un patrón recurrente en la gestión de crisis del partido socialista.

Sin embargo, la gravedad de las revelaciones sobre Leire Díez y su red de espionaje político podría forzar una respuesta más contundente por parte de las instituciones judiciales. La UCO, que ya investiga múltiples ramificaciones del caso Koldo, podría ampliar su foco para incluir estas operaciones de inteligencia política irregular.

Conclusión: un escándalo que marca un antes y un después

Las actividades de Leire Díez representan un punto de inflexión en la política española contemporánea. La sistematización del espionaje político, la instrumentalización de información judicial y la creación de redes paralelas de inteligencia marcan un precedente peligroso que cuestiona los fundamentos de la competencia democrática.

Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, Santos Cerdán, José Luis Ábalos, Koldo García y Víctor de Aldama son ahora nombres unidos por una trama que desvela las prácticas más oscuras del poder político español. La “fontanera de Ferraz” ha destapado, paradójicamente, la suciedad del propio sistema que pretendía limpiar.

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