Los venezolanos son víctimas de una dictadura que no solo liquida impunemente a sus opositores, también y sobre todo los ridiculiza y empobrece. Hugo Chávez fue un personaje carismático e histriónico como tantos otros en esos lares, típico populista de los que tanto han proliferado en el continente, supo abducir a gran parte de la sociedad venezolana pese a sus políticas ruinosas y represivas.

Maduro es otra cosa. Burdo, ignorante y nigromante, -se comunica con su antecesor y mentor a través de los pajaritos como el mismo reconoció-, es el esperpento que pone en evidencia a todos aquellos que por un sentimiento de extraña afinidad han avalado su régimen y los desastres que lo acompañan. Entre estos destaca el expresidente Zapatero.

Zapatero, P.Sánchez, Yolanda Díaz y una larga lista donde los de Podemos compiten con el ex presidente español en muestras de devoción y ocultos intereses, tendrán que rendir cuentas algún día ante los venezolanos. Mientras tanto a Venezuela le espera una dolorosa y lenta travesía si Dios no lo remedia.

Siete millones de venezolanos han abandonado su tierra con la desesperación como equipaje y la esperanza de poder volver algún día, pero a este paso… en Venezuela solo quedara Maduro, sus acólitos y Zapatero

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