En la telenovela política de cada día, Pedro Sánchez y su gobierno no dejan de sorprendernos con sus movimientos estratégicos y, a menudo, contradictorios. En su cruzada contra los discursos de figuras como Marine Le Pen, Sánchez se nos presenta como el adalid de la justicia y el progresismo. Sin embargo, si rascamos un poquito en la superficie, encontramos que su postura está llena de inconsistencias.

Dependencia de los Independentistas Catalanes

Empecemos por el tema de la dependencia política. Pedro Sánchez y su equipo dependen de personajes como Carles Puigdemont y los miembros de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Estos mismos independentistas, que son los primeros en rechazar la acogida de menores migrantes no acompañados (MENAS) provenientes de Canarias, se niegan a distribuirlos equitativamente por toda España. Si hay algún discurso supremacista y racista, es el del independentismo catalán. Pero claro, sobre esto, nadie dice ni pío. Al parecer, los pelos en la sopa solo molestan cuando están en el plato ajeno.

Pactos con Bildu: La Gran Hipocresía

Ah, pero no se acaba aquí la cosa. El colmo de los colmos es pactar con Bildu, lo cual es como si estuviéramos negociando directamente con personajes como Arnaldo Otegi o Chapote. Sí, esos mismos que tienen un pasado oscuro y violento. ¿Y esto no es odio? No, señoras y señores, esto es progresismo y reformismo. ¡Venga ya! La hipocresía alcanza niveles estratosféricos cuando se nos presenta a Bildu como un socio válido y aceptable. Es como si hubiéramos perdido completamente el sentido del decoro y la memoria histórica.

Putin y los Extremos que se Tocan

Para darle un toque internacional a este esperpento, no podemos olvidar la relación con Vladimir Putin. Tanto Marine Le Pen como Jean-Luc Mélenchon tienen posturas que, de una forma u otra, favorecen a Putin. Pero esperen un momento, ¿acaso nuestro propio Consejo de Ministros no muestra también ciertas simpatías hacia el Kremlin? Aquí es donde los extremos se tocan, y la política se convierte en una danza de máscaras y apariencias.

Lecciones Las Justas

En resumen, las lecciones de moralidad que Pedro Sánchez y su gobierno intentan darnos están plagadas de incoherencias y contradicciones. Criticar los discursos de odio mientras se pacta con aquellos que tienen un historial de violencia y rechazo hacia los migrantes es una paradoja que no se puede ignorar. Antes de señalar con el dedo a otros, quizás deberían mirarse en el espejo y ajustar sus propias posturas.

Y para muestra un botón.
Os dejamos el video creado por Onvre Deconstruido (@o_igualdad) Una autentica joya.

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