El septuagenario se enfrenta a una pena de entre 10 y 15 años de cárcel por presunto homicidio.
«Disparé sin ganas de darle, tenía que defender mi vida», explicó el hombre.
Un ladren y tres disparos han cambiado para siempre la tranquila jubilación de un hombre de 78 años de Ciudad Real.
El septuagenario, un librero muy conocido en la zona, se encuentra en prisión provisional acusado de matar a un hombre de 35 años que, supuestamente, entré a robar a su finca a las afueras de la ciudad el pasado 1 de agosto.
Los hechos sucedieron de madrugada, cuando el anciano se dio cuenta de que le habían roto el cuadro de luces.
El hombre fue a su habitación a coger la escopeta, de la que tenía licencia. Siguiendo los pasos de los destrozos llegó al patio interior, donde se encontró al asaltante, un hondureño de 35 años con numerosos antecedentes que termino perdiendo la vida a consecuencia de varios disparos.
Según la declaración del acusado, actué en legítima defensa y lo hizo al comprobar que el asaltante -que, según la investigación, podría haber intentado robar por la zona días antes-, tenía una motosierra de su propiedad en sus maños:
«Fue aterrador. Tuve pánico por mi vida. Creí que iba a morir.»
ADVERTENCIAS PREVIAS
Sus palabras coinciden con la versión que ofreció en la vista de apelación del 19 de agosto para resolver la petición de su puesta en libertad. En ella aseguré que usó el arma, pero no con el fin de matarle:
«Disparé un par de tiros, a mi juicio sin ganas de darle. Tenía que defender mi vida y mi patrimonio.»
A través de un comunicado, su abogado, Juan Manuel Lumbreras, ha asegurado que es «falso» que su cliente no avisara antes de las detonaciones:
«No solo le dio oportunidad de irse, sino que efectué disparos al aire y solo cuando el fallecido acometió portando una motosierra fue cuando disparo».
A la espera de la decisión de la Audiencia Provincial para determinar si sigue en prisión hasta el juicio, aumenta el debate sobre si se trata de un homicidio -por el que podría ser condenado a 15 años de cárcel-, o fue en defensa propia.
También ha crecido el apoyo de sus vecinos, que consideran desproporcionada la medida, aunque la familia del fallecido insiste en que el asaltante «solo buscaba un refugio, algo para comer».