El adoctrinamiento nacionalista de la sociedad catalana se ha basado en un pilar fundamental como es la educación , donde prima el adoctrinamiento político por encima de la enseñanza. A partir de ahí el control de los medios de comunicación, públicos y el 90% de los privados, ya sea TV, Radio y Prensa escrita . Todos millonariamente subvencionados para tenerlos plegados al “Régimen Ultracatalanista”.

También en el Deporte , con el uso de un importante Club de fútbol como estandarte nacional que se arroga el derecho de representarnos a todos los catalanes , pisoteando el resto de sensibilidades deportivas de toda la sociedad catalana.

En la cultura , con el olvido y defenestración de importantes artistas como Salvador Dalí o persecución de quienes no se pliegan al separatismo, y se declaran en contra, como el dramaturgo Albert Boadella o el pintor Augusto Ferrer Dalmau exiliados en Madrid debido a la presión del “Régimen ultracatalanista” contra sus obras.

La persecución lingüística del castellano, a pesar de ser idioma oficial también en Cataluña (junto a catalán y aranés) . Si un comerciante rotula su negocio únicamente en castellano , es multado por la Generalitat en base a la “Ley de Política Lingüística” que en 2004 creó Oficinas de Garantías Lingüísticas donde chivatos anónimos denuncian a comerciantes y empresarios que rotulan su negocio en castellano.

Santiago Espot presumió en TV de ejercer como “policía lingüístico” explicando que se dedicaba a inventariar negocios que no cumplen esa terrible Ley, para después chivarse a la Generalitat. Se jactó de haber denunciado a 3.000 empresarios catalanes por usar el castellano.

Desde el 16 de noviembre de 2003 (PSC-ICV-ERC gobernando) hasta hoy día (CiU-ERC), la Generalitat ha recaudado más de 1 millón de euros en multas fruto de la persecución lingüística. Estas multas lingüísticas suponen una vergüenza democrática en la UE en pleno Siglo XXI.

Esto explica brevemente, hasta que punto está la sociedad catalana no separatista, coaccionada y arrinconada, donde no pueden escolarizar a sus hijos para recibir la educación en castellano (lengua oficial en Cataluña junto a catalán y Aranés), o se ve perseguida si rotula un negocio en castellano (las multas y persecución lingüística del castellano) . Y así podemos entender como cuando alguien sale públicamente al paso del secesionismo, desde las altas esferas se le tacha de nazi y asesino.
En pleno Siglo XXI, en la Unión Europea. Deplorable.

 

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