Pedro Sánchez no solo maneja el país desde Moncloa, ¡también parece que tiene una línea directa con Xi Jinping en China! La historia detrás de una llamada telefónica revela un episodio turbio en el mundo de las compras de material sanitario durante la pandemia.

Un Favor Presidencial

¡Imagina tener el poder de llamar al presidente chino para solucionar tus problemas empresariales! Pues parece que Pedro Sánchez lo hizo con toda naturalidad, ¡como si estuviera pidiendo un favor a su vecino! La víctima de esta llamada fue nada menos que FCS Select, la empresa preferida del Ministerio de Sanidad de Salvador Illa.

La Trama de las Mascarillas ‘Fake’

La trama se complica cuando nos enteramos de que el megacontrato entre FCS Select y el Gobierno español resultó en la entrega de 500 millones de mascarillas, ¡pero con un pequeño detalle! Un 10% de ellas eran defectuosas. ¿La reacción del Ministerio de Sanidad? Ni más ni menos que una enérgica… ¿nada? ¡Exacto! Ni hubo devolución del dinero ni reemplazo por nuevas mascarillas en condiciones, según señala el Tribunal de Cuentas.

El Papel de Salvador Illa

Pero aquí no termina la película de terror. Salvador Illa, en su papel de ministro de Sanidad, ¿actuó como el héroe que salvaba al país de la escasez de material sanitario? ¡Pues no! Resulta que la compra fue tan irregular que hasta 50 millones de mascarillas resultaron ser ‘fake’. ¿La reacción de Illa? ¡Silencio absoluto! Ni rastro de exigir responsabilidades ni reclamar la devolución del dinero.

La Pregunta del Millón

Entonces, ¿qué llevó a Salvador Illa a callar como una tumba ante semejante estafa? ¿Y qué motivó a Pedro Sánchez a usar su línea directa con Xi Jinping para favorecer a una empresa tan cuestionable? Parece que en este circo de la política, las respuestas son más difíciles de encontrar que una mascarilla ‘fake’ en un almacén de FCS Select.

¡El drama político continúa! ¿Quién será el siguiente en llamar a un presidente extranjero para resolver sus problemas empresariales?

Recuerda: en el mundo del poder, nada es lo que parece.

Deja un comentario