Al final el tiempo pone a cada uno en su sitio.
Inexorable.
Como un juez incorrupto cada cual ve su verdadero rostro reflejado en el espejo de la historia.
Y muy a menudo sucede que a aquellos a los que se le llenaba la boca con proclamas de justicia, de igualdad, de solidaridad… aparecen disfrazados con su peor traje, con el más vil de sus rostros.

¿Repasamos y vamos descubriendo quienes son los auténticos sinvergüenzas?

LOS ESPAÑOLES NUNCA OLVIDAREMOS A LOS QUE ESTÁN AYUDANDO

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