En su comparecencia de ayer, Pedrito Sánchez aseguró que, gracias al Estado de Alarma, se le había salvado la vida nada menos que a 450.000 españoles…

Es de suponer, ya que se trata de un Presidente al que le entusiasma chupar cámara todo el tiempo posible, que en una siguiente comparecencia nos informará del nombre, apellidos y número del DNI de todos y cada uno de esos españoles que no han muerto gracias al Estado de Alarma.

Bromas aparte, lo que tendría que saber hasta un Presidente de Gobierno, y saberlo muy bien en el caso de un Presidente que respeta tanto la Ciencia como Pedrito Sánchez, es que, para la Ciencia, únicamente existe aquello que puede ser demostrado científicamente y que es, como mínimo, susceptible de ser percibido por los sentidos.

Demostrar científicamente que, sin el Estado de Alarma, el confinamiento de los cojones y otras zarandajas, hubiera habido en España 450.000 muertes por corona-virus, sólo podría lograrse si fuera posible retroceder en el tiempo hasta hacernos volver a todos al día 14 de marzo y, a partir de ahí, esperar a comprobar que, sin decretarse ningún Estado de Alarma, iban falleciendo 450.000 personas más que las que han muerto hasta ahora a causa del corona-virus… pero resulta que eso es totalmente imposible.

Y como es totalmente imposible crear las condiciones para llevar a cabo semejante comprobación científica, resulta que yo, o cualquier otra persona, estoy tan “autorizado” para asegurar que, sin el Estado de Alarma, no habría habido más muertos por corona-virus de los que ha habido, como “autorizado” está Pedrito Sánchez para asegurar que, sin el Estado de Alarma, habrían muerto 4, 40, 400, 4.000, 40.000, 400.000 o 450.000 españoles más.

Cuando alguien asegura que ha pasado algo que no puede ni nunca podrá ser demostrado, está mintiendo. Y, si está mintiendo deliberada y públicamente, es porque pretende utilizar sus mentiras para manipular a la gente. Blanco y en botella: leche.

Menos mal que manipular a la gente para que consienta en arruinarse económicamente, que es infinitamente más grave que disparar a una fotografía, no está considerado un delito.

Deja un comentario