La Sra. Marta Pascal afirma que “considera lamentable que el Rey de España se permita dar lecciones de moralidad“.

Roger Torrent: “Oír al monarca hablar de principios éticos, pone de manifiesto la decadencia del régimen del 78”.

Laura Borrás: “El monarca hace mención de principios democráticos morales éticos y de coherencia sin sonrojarse”

¿Qué esperaban? ¿Qué se colocara él solito en la picota? ¿Una declaración pública de arrepentimiento? ¿Qué hiciera el Rey lo que no hace nadie?

Después de manifestar su intención de renunciar a la herencia que pudiera corresponderle proveniente de paraísos fiscales, y de suspenderle la asignación al emérito de los 160.000€ asignados de fondos públicos, el discurso de Felipe VI ha hecho mención sobre la necesidad de conductas ejemplares por parte de todas las instituciones, incluida la Casa Real.

Y es que la parentela no se escoge. Por eso, dadas las circunstancias, su discurso ha sido una declaración de intenciones, y un ejemplo de sensatez y moderación.

El cinismo republicano
El cinismo republicano

Es evidente que el Rey de España carece del ADN catalán, porque le ha faltado cinismo y desvergüenza. Véase si no la soflama del Sr. Jodi Pujol cuando se permitía dar al resto del mundo lecciones de ética, de moral y de juego limpio.

En cuanto a la Sra. Laura Borras que está imputada por delitos de prevaricación, fraude a la administración, malversación de caudales públicos y falsedad documental, parece que su coherencia no le provoca ningún sonrojo

“Quien primero grita ¡al ladrón! es a menudo el propio ladrón”. William Congreve

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