El día 06 de diciembre es el día de la Constitución. También es el día en que los constitucionalistas que vivimos en Cataluña asumimos un plus de responsabilidad al celebrarlo en reconocimiento a ese marco de convivencia que hizo posible lo que siempre habíamos ansiado y nunca habíamos tenido: cuarenta años de prosperidad y libertad democrática.
Sorprendentemente en Cataluña, la comunidad que más ha prosperado gracias a esos valores, y las instituciones que lo alientan y protegen, se ha construido un relato totalmente contrario a aquello que nos une, tergiversando en el proceso los conceptos de libertad y democracia, de manera que pretendiendo defenderla, se identifican con el totalitarismo que dicen rechazar.
Eso fue evidente el 06 de diciembre de 2018, cuando unos cuantos ciudadanos nos atrevimos a presumir que aquellos que se llenan la boca de democracia y libertad nos permitirían celebrar ese día sin interferencias de ninguna clase. No fue así. Una iniciativa que nació desde abajo, desde la ciudadanía comprometida, quiso ser identificada como una expresión del fascismo más rancio ante la sorpresa de aquellos que nos dedicábamos a celebrarlo en familia, o escuchar algún discurso sobre los valores constitucionales y disfrutar de algo de música. Todo esto y más, al abrigo del símbolo que nos une: la bandera nacional.
Con medidas de seguridad por parte de los mossos (desde la noche anterior) dignas de otras circunstancias, conseguimos acceder al espacio reservado en la Plaza de la Constitución, hoy rebautizada como Plaza 01 de octubre. No fuimos muchos, y dado el ambiente, los controles y las medidas de seguridad es comprensible. Si a eso le añadimos los centenares de energúmenos que desde el otro lado de la barrera pretendían superar el muro de la policía para agredirnos, entonces es un milagro que no saliéramos corriendo, pero no lo hicimos.
Este año, queremos repetir la experiencia (no escarmentamos) sin ánimo de provocar, tan solo reivindicar nuestros derechos y también en señal de reconocimiento a lo que hemos heredado de nuestros padres y nuestros abuelos, y que difícilmente estos bárbaros disfrazados de demócratas nos van a arrebatar, mientras podamos hacerles frente pacíficamente.
Así pues, desde mi humilde atalaya, yo invito a todos los ciudadanos de bien, a todos los demócratas responsables y a todos los constitucionalistas, a que el día 06 hagamos acto de presencia una vez más, y así demostrar que también en un territorio comanche como es Girona, existimos y tenemos voz por más que se nos quiera ningunear, silenciar o extorsionar.
06 de diciembre día de nuestra Constitución. Allí nos vemos.