QUIEN CON FUEGO JUEGA, SE QUEMA.

Todo el mundo sabe (hasta los que se esfuerzan en ignorarlo) que el “Procés” nació como un instrumento para presionar al gobierno central. No tanto para lograr la improbable independencia, como para conseguir blindarse ante las inevitables consecuencias de aquella corrupción del 3% que había corrompido profundamente todo el sistema. […]